Su sonrisa ofrece a brazos llenos una calidez inalcanzable, de esas que uno no quiere que se termine, sino al contrario que se prolonguen en eternos momentos, pero que contrastes son sus ojos oscuros brillantes, dejan entre ver un pasado que dolió y que aun no logra olvidarse. Los seres humanos somos expertos dedicadísimos para mantener oculto aquello que no queremos que salga a la luz, tal vez por miedo a que nos juzguen , temor de ser ridiculizados o pánico de ser minimizados, pero que paradoja, aun cuando la mente sea capaz coordinar a la boca para mantener nuestros miedos a salvo, nuestros ojos con soberbio desparpajo nos delatan, los suyos no fueron ajenos a eso. Admito que cuando hablamos la primera vez y de eso ya hace mucho tiempo, todo en su persona me parecía enigmática, seguro sus ojos negros achinados ( creo que son de ese color) esos que cuando la sonrisa se manifiesta, en paralelo los ojos parecieran cerrarse; muy poco conocía de su vida, siendo fra
Escribiendo bajo el cielo que nos cobija a los dos.