Verlos juntos, fue como una estocada en el corazón no por que le quisiera o anhelara su roce, sino por tener aquello que tanto esperaba pero no me aceptaba a buscar. Verle como la miraba con ese brillo en los ojos, como una simple palabra desataba en ella un huracán de emociones, no quería estar en su lugar... pero el Cielo sabe que no miento al creer que eso era perfecto, que se pertenecían en tiempo y espacio, no puedo decir si aquellos amantes duraron un día o una eternidad pero para mi, en la lejanía de un café en aquella vieja cafetería, ese momento fue eterno.
Escribiendo bajo el cielo que nos cobija a los dos.